Nota del editorMás poder para usted

El número del mes pasado supuso el punto de partida de lo que espero será un diálogo continuo sobre el tema de la informática ecológica. Es cierto, este tema todavía no está bien definido. (¿Qué es ecológico? Si el depósito de mi coche me permite recorrer 50 km por litro en vez de 40 km, ¿es eso ecológico? Lo siento, pero lo realmente ecológico es no tener coche. Vivo en Nueva York, por lo que ando bastante).

Es obvio que en estos momentos cualquier compañía que se precie intenta colocar su propia etiqueta de ecológico en sus productos o servicios. Sin embargo, hay una buena razón para esto que justifica, asimismo, que el tema apareciera en nuestra portada el pasado mes; el potencial es impresionante.

Todos sabemos que se trata de generar ingresos al mismo tiempo que se ayuda a conservar el medioambiente. El hecho es que ser ecológicamente correcto se ha convertido en un argumento de ventas eficaz que genera resultados muy positivos. ("Es la economía, ¡estúpido!") Es fantástico si una compañía de automóviles puede vender más coches fabricándolos más eficaces. En último término, lo que se espera es que podamos mantener una economía saneada consolidada sobre un entorno sano y sostenible.

Así, pues, ¿Cómo influye todo esto al profesional de TI? El doctor Jonathan Koomey, científico del Lawrence Berkeley National Laboratory y profesor-consultor en la Universidad de Stanford, publicó recientemente un estudio que estima el consumo total de energía de los servidores en EE. UU. y todo el mundo. En 2005, los centros de datos (servidores junto con su infraestructura de apoyo, como los sistemas de enfriamiento) fueron responsables del 1,2 por ciento del consumo total de energía en EE. UU., la cifra total alcanza el resultado de cinco centrales eléctricas de 1.000 megavatios (MW) y un costo de 2.700 millones de dólares. A nivel mundial, este costo se eleva a 7.200 millones de dólares (el resultado total de 14 centrales eléctricas de 1.000 MW). Es muchísimo dinero, y energía, que podría ahorrarse y gran parte de ese trabajo podría empezar dentro del mismo centro de datos.

¿Cómo es posible planear la capacidad del centro de datos? ¿Cómo se puede ajustar la capacidad para adaptarse a la demanda, sin tener que ejecutar al 100 por cien en todo momento? (Sugerencia: virtualización). Supervisamos los servidores para comprobar la conectividad de red, el uso de la memoria, etc., pero, ¿quién presta atención al consumo de energía? ¿Consumen los servidores más antiguos mucha más energía que los equipos nuevos? ¿Es este costo incrementado mayor que el costo de un equipo de reemplazo?

En los próximos meses, uno de nuestros expertos residentes, Dave Ohara (autor de artículo del mes pasado, que está disponible ahora en línea en technetmagazine.com), le mostrará el trabajo que se está desarrollando aquí en Microsoft con la creación de nuestro propios centros de datos ecológicos en Quincy, Washington y San Antonio, Texas y cómo se ha ofrecido respuesta a esas preguntas. Nos gustaría también oír cómo administra usted, como usuario, estos asuntos (o, si ha elegido no incorporarse a esta tendencia, nos gustaría saber el por qué). Mándenos un correo electrónico a tnmag@microsoft.com o visite nuestro blog en blogs.technet.com/tnmag. (Joshua Hoffman)

Mi agradecimiento a los siguientes expertos de Microsoft: Tim Carroll, Omesh Desai, Steve Jenness, Sam Kroonenburg, Mutlu Kurtoglu, KC Lemson, Tim Mintner, Jim Truher, Buck Woody y Sudarshan Yadav.

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