Experto en varios temas: Por qué, cuándo y cómo usar el modo XP de Windows 7

Greg Shields

¡Virtualización en el escritorio!, ¡sistemas operativos dentro de sistemas operativos!, ¡eliminación total de dificultades de compatibilidad de aplicaciones! El modo XP de Windows 7 promete todo esto. Por medio de esta versión especializada de Windows Virtual PC, su empresa podrá actualizarse inmediatamente a Windows 7 sin temor de que ocurran incompatibilidades de aplicaciones.

Al menos eso es lo que dice la publicidad. ¿Pero cuál es la realidad?

¿Por qué usarlo?

Hoy, prácticamente cada compañía u organización tiene alguna aplicación de línea de negocios heredada (es decir, problemática) que probablemente consume más esfuerzo del departamento de TI de lo que debiera. Esto es cierto incluso en entornos pequeños ejecutados por los profesionales de TI expertos en todos los temas.

El software heredado complica la actualización de sistema operativo. Si su organización necesita una aplicación que desconoce si se podrá ejecutar en Windows 7, entonces es muy probable que no tenga contemplado actualizar pronto. Una sola aplicación estúpida y retrógrada se interpone entre usted y la seguridad, administración e IU mejorada proporcionada por el más reciente escritorio de Microsoft.

Esta es la razón para el modo XP. Además, es importante destacar que es la única razón para el modo XP. Punto.

¿Cuándo usarlo?

Una vez que quedó razonablemente claro el porqué, ahora debiera considerar en qué forma se ajusta el modo XP en su entorno. ¿Cuándo debiera usar una solución como esta? En pocas palabras, como último recurso.

El modo Windows XP saca provecho de una copia local de Windows Virtual PC instalada para crear una instancia completamente funcional de un segundo sistema operativo en el escritorio o equipo portátil de un usuario. Esta instancia se ejecuta tal como una máquina virtual de Windows XP y se usa exclusivamente para dar hospedaje a las pocas aplicaciones problemáticas que no se pueden ejecutar en Windows 7. A través de esta solución, Microsoft aplasta el argumento “no se puede actualizar porque nuestras aplicaciones no nos lo permiten”. Esto es, de alguna manera, una estrategia de marketing completamente brillante. ¡Felicitaciones, Microsoft!

Sin embargo, usar el modo XP es sólo una manera de resolver el problema. Si ha seguido con atención el tema de mis últimas columnas, habrá notado que se enfocaron en mecanismos de entrega de aplicaciones. A través de las tecnologías de Microsoft de hoy, sus opciones para obtener software para usuarios van mucho más allá del enfoque tradicional de instalarlo localmente.

En mis dos columnas anteriores (TechNet Magazine, febrero de 2010 y marzo de 2010) se discutió acerca de cómo usar fácilmente los servicios de escritorio remoto (RDS) o escritorios virtuales hospedados en Hyper-V para crear una infraestructura de aplicaciones remotas. En tales entornos, los usuarios se conectan a aplicaciones individuales o escritorios enteros hospedados en alguna parte de su cuarto de servidores. Puesto que las aplicaciones son remotas, mientras los usuarios tengan acceso a la red (o incluso a Internet), no importa dónde estén ubicados. Los usuarios conectados nunca están a más de unos pocos clics del mouse de las herramientas que necesitan.

Los enfoques introducidos en las dos columnas anteriores son cruciales para la columna de este mes. En muchos sentidos, esa discusión acerca de mecanismos de entrega alternativos crea una nueva perspectiva sobre el modo en el que se conectan los usuarios a sus aplicaciones.

Supongamos, por ejemplo, que tiene tres aplicaciones heredadas problemáticas en su entorno pequeño. Cada una se distingue levemente de la otra en sus necesidades y características. Imagine de qué forma haría que estos programas estuvieran disponibles para los usuarios, asumiendo que quiere actualizar a Windows 7 muy pronto, con estos parámetros:

  • La aplicación A funciona bien en Windows XP o en Windows 7, pero administrativamente es una pesadilla con muchas configuraciones y actualizaciones de rutina. Esta aplicación, sin embargo, se puede ejecutar bien en Windows Server 2008.
  • La aplicación B funciona en Windows XP, pero no en Windows 7. Este programa es relativamente liviano y lo usa un número moderado de usuarios.
  • La aplicación C también tiene incompatibilidades con Windows 7 y, a diferencia de la aplicación A, requiere una cantidad sustancial de recursos para ejecutarlo, pero sólo la necesitan una o dos personas.

Cada uno de estos programas necesita un enfoque diferente para entregarlo a los usuarios. Para la aplicación A debería ser sencillo. Puesto que esta aplicación funciona en Windows Server 2008, se vuelve inmediatamente una candidata para ser hospedada en RDS y, ya que el software necesita numerosas configuraciones y muchas actualizaciones, instalar las partes una sola vez en un servidor RDS asegura que todos tengan acceso a ella y reduce su carga administrativa.

Lidiar con las aplicaciones B y C es un poco más difícil. Estas no son compatibles con Windows 7, lo que implica que ninguna funcionará en Windows Server 2008. Como se indica en los parámetros, un número moderado de gente usa la aplicación B, que es relativamente liviana. Esto la hace una candidata potencial para un conjunto de escritorios virtuales agrupados que se ejecutan en Hyper-V y RDS.

La aplicación C tiene una cantidad sustancial de requisitos de recursos, lo que afectará el número de escritorios virtuales simultáneos que puede hospedar un solo servidor Hyper-V. Puesto que esta aplicación sólo la necesitan una o dos personas, puede ser una buena candidata para el modo XP.

¿Cómo usarlo?

Ciertamente el proceso recomendado es restringir el número de aplicaciones a las que proporciona compatibilidad a través del modo XP. Esto tiene que ver con la carencia de herramientas disponibles para automatizar y administrar de manera centralizada sus servicios y máquinas virtuales. El modo XP tiene la finalidad de ser una solución de uso limitado sólo para entornos pequeños o medianos.

Implementar archivos de disco de máquina virtual (VM) requiere soluciones manuales o la creación propia de scripts. No existen herramientas para controlar las configuraciones o directivas del modo de forma centralizada. Debe instalar manualmente las aplicaciones y aplicar parches a las VM del modo XP con cada instalación o usar herramientas de implementación tales como Windows Server Update Services o System Center Essentials.

Debe instalar y administrar herramientas de seguridad tales como firewalls y clientes antimalware en cada VM de modo XP así como también en las máquinas primarias, lo que duplica sus esfuerzos administrativos. También debe tomar en cuenta que el modo XP no es compatible con aplicaciones que requieren gráficos en 3D. Además, si su entorno requiere niveles mayores de automatización o tiene aplicaciones de uso relativamente generalizado, es recomendable considerar usar Microsoft Enterprise Desktop Virtualization (MED-V), el cual está disponible sólo para empresas, como parte del Microsoft Desktop Optimization Pack (MDOP).

El modo XP también tiene requisitos de hardware más bien altos: el equipo debe ser compatible con virtualización asistida por hardware (lo que se puede confirmar con la herramienta de detección de virtualización asistida por hardware de Microsoft); los recursos del procesador y de RAM deben ser suficientes para sustentar tanto a la máquina principal como a la instancia virtual secundaria simultáneamente; y, aunque un SO de 64 bits no lo necesita, puede ser necesario lidiar con las limitaciones de RAM propias de los SO de 32 bits de Microsoft.

Las licencias también pueden ser algo a considerar, dependiendo de cómo pretende aprovisionar a las VM en el modo XP. Cada instalación del modo XP incluye una VM de Windows XP preempaquetada como un archivo VHD. La licencia de Windows 7 del equipo principal otorga al usuario acceso sin restricciones para usar esta VM, pero sólo esta VM. Si bien es posible crear VM personalizadas para usar en el modo XP, para hacer tal cosa necesita licencias adicionales.

Instalar el modo XP requiere la instalación de Windows Virtual PC. Podrá encontrar ambos en la página de descarga de Windows Virtual PC. El sitio web proporciona vínculos diferentes para ambos, con instrucciones para instalar el modo XP primero.

Instalación del modo Windows XP Fig. 1

Figura 1 Instalación del modo Windows XP

Después de instalar ambos componentes, vaya al menú de inicio e inicie el modo Windows XP. Lo podrá encontrar en la carpeta Windows Virtual PC. La primera vez que ejecute el modo XP se le pedirá que especifique una carpeta de instalación, como también un nombre de usuario y contraseña para su cuenta de usuario de modo XP (ver Figura 1). Esta es una cuenta local en el SO invitado, miembro del grupo local de administradores. La cuenta se usa para permitir la compatibilidad con aplicaciones de conexión directa cuando los usuarios inicien aplicaciones hospedadas en XP dentro de su SO principal.

El SO invitado de XP, inmediatamente después de la instalación Fig. 2

Figura 2 El SO invitado de XP, inmediatamente después de la instalación

Después de que termine de usar el asistente de instalación, el SO invitado predeterminado se iniciará e iniciará una sesión. Este le mostrará una pantalla similar a la que se muestra en la Figura 2. La máquina aparecerá con el nombre \\VirtualXP-xxxxx, en el que xxxxx es una serie de números aleatoria. La máquina comenzará dentro de un grupo de trabajo, pero puede agregar la VM a su dominio si desea usar credenciales de dominio.

Una aplicación invitada, como se puede observar en el menú Inicio del host Fig. 3

Figura 3 Una aplicación invitada, como se puede observar en el menú Inicio del host.

Ahora está listo para el paso final: instalar la aplicación problemática en el SO invitado. Esto se puede hacer de forma manual o a través de una solución de implementación de aplicaciones. Al instalar software en el modo XP invitado, se podrá iniciar automáticamente desde el host por el modo de conexión directa con el vínculo para iniciar la aplicación que aparece en el menú Inicio del host (ver Figura 3).

Para usar una aplicación de conexión directa, se debe haber finalizado la sesión y cerrado la VM invitada antes de iniciar la aplicación desde el menú Inicio del host. Una alternativa es que los usuarios trabajen con el escritorio completo de la VM invitada haciendo clic en el vínculo marcado Modo Windows XP. Cuando no esté funcionando, la VM de XP invitada hibernará, lo que reduce el tiempo necesario para empezar a trabajar con ella cuando se necesite.

Como puede ver, el modo XP efectivamente proporciona virtualización en los escritorios tanto como SO dentro de otros SO. También proporciona un mecanismo para eliminar completamente la dificultad de compatibilidad de aplicaciones: simplemente erradica la incompatibilidad del SO al proporcionar un SO compatible. Aunque el modo XP está limitado por las herramientas administrativas que se pueden usar para administrarlo como también por los requisitos de hardware de su VM, esta solución puede superar los obstáculos para una actualización de SO. Tan solo no olvide que esta solución es una de muchas que pueden satisfacer sus necesidades.

Greg Shields, MVP, es socio de Concentrated Technology. Obtenga más información acerca de las sugerencias y los trucos de Experto en varios temas de Shields en* ConcentratedTech.com*.

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