Notas de campoLas alegrías y las penas de aprende

Mark D. Scott

Recuerdo cómo eran las cosas cuando aparecía un producto nuevo, la emoción de ser uno de los primeros en conocer la tecnología más reciente, estudiar el producto de cabo a rabo, aprender cómo funcionaba, hacerlo funcionar. Me encantaba ser uno de ellos, conocer lo nuevo, el mago al que se dirigen los demás para descubrir el secreto.

Pero, en algún momento, la alegría se ensombreció. No sé bien qué sucedió. A lo mejor la perdí con la frustración de tratar de hacer que aplicaciones vitales funcionaran a las 3 de la mañana. A lo mejor la dejé en el suelo con la documentación de producto que no entendí cuando el servidor de correo se trasladó al sur (cuando un servidor era suficiente). A lo mejor me estoy haciendo viejo y cínico. Da igual. Ya no me emociona perder noches, como ocurría hace unos años. Pero eso no quiere decir que esté bien dejar de aprender. No hace mucho que esto me volvió a quedar claro.

Recientemente he actualizado a Microsoft® Outlook® 2007 y la verdad es que me encanta. Además, estoy suscrito a MSN® Premium; mi ISP ofrece la suscripción como parte de sus servicios. En la versión anterior de Outlook, necesitaba un software especial, llamado conector, para obtener acceso a mi dirección de correo electrónico de MSN. Este conector de software no funcionaba con Outlook 2007, de modo que me puse en contacto con MSN. MSN me dijo que hablara con mi ISP, que, al final, me dijo que no admitía el conector de MSN de Outlook en Outlook 2007. Vueltas y vueltas, correo electrónico, chat, voz... me costó una eternidad conseguir esta información.

De repente pensé, a lo mejor ya no necesito el conector. Inicié Outlook 2007 y cree una nueva conexión a MSN, sin usar el software de conector. Outlook fue a Internet, encontró el servidor, y configuró la cuenta sin ningún problema. Además, hizo lo mismo para varias otras cuentas POP3. Así que obtuve acceso a mi correo electrónico y descubrí una magnífica característica nueva del producto.

Todo esto tiene una moraleja. Si alguien del departamento de soporte técnico se hubiera molestado en usar el producto nuevo, probablemente me podría haber dicho que no necesitaba el conector y los dos nos habríamos ahorrado mucho tiempo.

Quizás más importante: si hubiera estudiado el producto en primer lugar, es probable que yo mismo hubiera encontrado la solución. Pero quería que alguien me diera la respuesta. Como nadie se había molestado en explorar algo que, a fin de cuentas, era importante, todos perdimos mucho más tiempo que si cada uno de nosotros hubiera estudiado y resuelto el problema a nuestra manera, que es exactamente lo que acabé por hacer.

Los cambios en tecnología prueban que muchas de las cosas que asumimos son equivocadas. Para trabajar como profesionales de TI, debemos estar libres de prejuicios. El conocimiento que más nos cuesta adquirir es el que, sin duda, la tecnología va a sustituir: sustituir conocimientos es lo que hace que la tecnología sea fácil de usar. No debemos pensar que nuestros conocimientos más profundos van a estar siempre en primera línea. La primera línea está, no en la acumulación de hechos sobre el uso de la tecnología que quedan anticuados, si no en la capacidad de adquirir nuevos conceptos y técnicas. El aprendizaje continuado, como parte de nuestra rutina diaria, pone a punto nuestras nuevas capacidades. Con la gran cantidad de productos que siguen apareciendo todos los días, el aprendizaje debe formar parte de nuestro estilo de vida.

Si desea ponerse en contacto conmigo, puede enviarme un mensaje de correo electrónico a mi cuenta de Microsoft o de MSN: con Outlook 2007 puedo recibir el correo electrónico de ambas.

Mark D. Scottes Consultor sénior de Microsoft Consulting Services. Trabaja muy de cerca con los clientes para ayudarles en el diseño y creación de aplicaciones centradas los datos a gran escala. Puede ponerse en contacto con Mark en granddaddy2002@msn.com o mascott@microsoft.com.

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